Una visión eficaz es aquella que tiene todas sus habilidades en su máximo potencial. Una buena visión es aquella en la que la persona ve con nitidez pequeños detalles de forma confortable durante largos periodos de tiempo y con el menor esfuerzo posible.
Estas habilidades son: oculomotricidad, acomodación o enfoque, binocularidad, visión en 3D, vergencias, agudeza visual, etc, y son evaluadas mediante un examen optometrico completo. No llegar a ese máximo potencial supone un bajo rendimiento en las actividades diarias de cualquier persona, ya sean niños en edad escolar o adultos con sintomatología que le afecte en su día a día: frotarse los ojos, pérdida en la lectura con lo que necesita señalar con el dedo y/o mover la cabeza, visión doble, dolores de cabeza, molestias al hacer tareas en cerca, etc.
