El 80% de la información que aprendemos nos llega a través de nuestro sistema visual. Debemos aprender a ver, interpretar y comprender lo que vemos. Este proceso está relacionado con el desarrollo y aprendizaje de la persona.
Existen diferentes habilidades que dificultan el aprendizaje de conceptos como pueden ser la discriminación visual, constancia de forma, memoria visual, cerramiento visual, figura fondo, relaciones visuoespaciales o integración visuomotora.
Unas bajas habilidades de procesamiento visual se manifiestan como baja capacidad para diferenciar “b”, “d”, “p” y “q” o palabras similares como “cama” y “coma”, faltas de ortografía, dificultad para hacer resúmenes, distraerse fácilmente dando la apariencia de vagos o inantentos, falta de atención, se expresa mejor oralmente que por escrito, mala orientación, mucho esfuerzo con pocos resultados, baja coordinación ojo-mano, baja memoria visual, lento o torpe en general, dificultad en la realización de puzzles y resolución de problemas matemáticos, etc.
Todo esto puede dificultar el rendimiento escolar y llegar a un fracaso escolar no deseado. Una evaluación visual optométrica completa es fundamental para estos casos.